Dr. Christian Haring participa en equipo multidisciplinario que realizó el primer implante de estimu
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Esta cirugía pionera en Chile se realizó en el Hospital Carlos Van Buren y benefició a una mujer de 52 años afectada de forma severa por el parkinson. Más de 800 personas de la región de Valparaíso diagnosticadas con esta enfermedad calificarían para este procedimiento.
Un equipo multidisciplinario de médicos docentes de la Universidad de Valparaíso, que ejercen como especialistas en el Hospital Carlos van Buren y en el Hospital Del Salvador de Valparaíso, implantó con éxito un estimulador cerebral profundo a una mujer de 52 años que se encontraba afectada de manera severa por dicha enfermedad, cirugía que le ha permitido recuperar parte de su movilidad y desenvolverse con mayor autonomía en su vida cotidiana.
El equipo médico que participó en la operación fue liderado por el neurocirujano Carlos Bennett y lo integraron las neurólogas Lilian Acevedo y Gisella Tapia -especialistas en trastornos del movimiento y del ámbito cognitivo- el anestesista Carlos Muñoz, el neurofisiólogo Juan Pablo Gigoux y el psiquiatra Christian Haring.
Se trata de la primera operación de este tipo que se realiza en un centro asistencial perteneciente al sistema público de Salud de nuestro país, hecho que abre las puertas a cientos de personas afectadas por el parkinson que en la actualidad se encuentran a la espera de acceder a tratamientos más efectivos y de menor costo, pues hasta ahora sólo podían optar a este procedimiento en tres clínicas privadas ubicadas en Santiago.
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La revolucionaria cirugía a la que fue sometida Carmen Guzmán Videla tuvo una duración de casi diez horas y consistió en la colocación de un estimulador cerebral profundo o DBS en el núcleo subtalámico de su cerebro. Para ello, los médicos a cargo del procedimiento combinaron métodos de estereotaxia (que permite el acceso preciso a áreas cerebrales a través de un pequeño orificio en el cráneo), fusión digital de imágenes y registro de la actividad eléctrica mediante la utilización de una sonda muy fina que permite registrar la actividad neuronal de pequeños grupos neuronales o incluso de una sola neurona.
“La estimulación cerebral profunda es un tratamiento de vanguardia para la enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento, como la distonía. El hecho de haber logrado realizar una cirugía de esta naturaleza es una muestra más de que existe una gran capacidad técnica en el servicio público y en regiones para poder realizar medicina de alta complejidad, especialmente cuando se dan alianzas entre una universidad y un hospital públicos. Pero esta cirugía no hubiera sido posible si la propia paciente no hubiera financiado parte importante del costo asociado -que supera los 20 millones de pesos- al comprar el dispositivo DBS por su cuenta. Por eso, ahora nuestro objetivo es encontrar el camino para que esta cirugía se incluya eventualmente como una terapia para el Parkinson en la Ley 20.850 ‘Ricarte Soto’, dado su elevado costo y amplios beneficios, para que esté disponible para más pacientes y así, ojalá, tener más casos exitosos como éste” afirmó el doctor Bennett.
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Previa a la operación la paciente se sometió a una evaluación psiquiátrica que estuvo a cargo del Dr. Christian Haring, psiquiatra del hospital Del Salvador de Valparaíso, quien recibió capacitación en Medellín y en Toronto respecto a las particularidades de la evaluación de las personas con parkinson susceptibles a recibir este tipo de trasplantes.
Según no explicó el Dr. Haring: “un enfermo de parkinson no sólo tiene los problemas motrices para movilizarse y caminar, sino que tiene otra serie de problemas que a veces son de tipo mentales, tienden a tener problemas de impulsividad, visiones, entonces es muy relevante que se haga una evaluación psiquiátrica previa para que, una vez que uno instala los estimuladores cerebrales, se analice si los problemas que puedan aparecer después corresponden a lo que existía de antes, o es algo que se agrega como una complicación después de la operación. En el caso de la Sra. Carmen no tuvo ninguna alteración psiquiátrica posterior a la instalación”.
Respecto al resultado de la intervención el Dr. Haring profundizó: “es sumamente bueno, podemos ver a una paciente que se puede desplazar y mover mucho mejor. De hecho cuando yo la vi en el hospital había momentos en que no tenía fármacos y estaba completamente rígida y cuando tomaba los fármacos tenía unas disquinesias muy invalidantes. Y lo que vemos hoy es excelente, como ella se puede desplazar, mover, sin rigidez ni disquinesia”.
La estimulación cerebral profunda
La estimulación cerebral profunda fue diseñada para un subgrupo de pacientes afectados por Parkinson y otras enfermedades neurodegenerativas. En su mayoría se trata de personas de mediana edad que presentan síntomas severos -principalmente bradiquinesia, rigidez extrema, temblores y disquinesias- que no pueden ser aminorados mediante los fármacos que se usan habitualmente en las terapias.
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Para poder realizarla, el Hospital Carlos van Buren realizó una inversión cercana a los 200 millones de pesos con el fin de adquirir el equipamiento clínico necesario para practicar intervenciones de estas características. De esta manera este centro de salud de Valparaíso se pone a la cabeza, a nivel nacional, en la lucha contra el Parkinson y otras enfermedades de similares características.
“Con esta acción nos ponemos a la vanguardia del tratamiento de una patología gravísima que es altamente invalidante. Estamos orgullosos del trabajo de nuestros especialistas, que por cierto no habría sido posible sin el respaldo de los funcionarios del Hospital. Este es un gran logro para el sistema público, que abre la puerta para que el Ministerio de Salud considere esta patología dentro de la tercera fase de la ley Ricarte Soto, donde nosotros nos vamos a adscribir como prestadores”, dijo el director del Hospital van Buren, doctor David Gutiérrez Tanabe.
En Chile, a la fecha, existen unas 35 mil personas que padecen la enfermedad de Parkinson, de las cuales entre el diez y el veinte por ciento de ellas cumple con el perfil para optar a la estimulación cerebral profunda, tratamiento que ha demostrado ser eficaz en la disminución efectiva de los movimientos espasmódicos que ésta produce.
Se estima que cerca de 800 pacientes en la Región de Valparaíso calificarían para este procedimiento, lo que es una muestra concreta de los beneficios que podría generar en caso se ser incluida en la lista de procedimientos para enfermedades catastróficas de la Ley 20.850.